Metamorfosis / Profecía / Hermana Pequeña

Eres una princesa alienígena y casi inmortal que aún se está formando. La transformación fue dolorosa al principio; mudaste de piel mil veces y tus ojos se vaciaron. Tus tejidos blandos rehuyeron los huesos como impulsados por una repulsión magnética. Trepaste hasta la piel ardiente del león y fuiste momificada en su interior, colgada del brazo del Cazador y aplastada bajo su martillo; destrozada y recompuesta, una y otra vez. Creíste morir, pero tu ansiado fin aún no llega. Aún falta.

En tu vida anterior fuiste humana, pero la humanidad se está extinguiendo junto con toda la vida en la Tierra. Los nativos de Pólux y Castor se pelean por conquistar este pequeño y sucio planeta, limpiarlo y volver a llenarlo de vida. Pronto, la naturaleza renacerá, prístina y virgen, libre de todo lo que la corrompió. Los organismos que llamabais alienígenas pronto serán las formas de vida dominantes del planeta al que llamabais Tierra.

Cuando salgas de tu capullo serás también una nativa del nuevo planeta; una hermana pequeña de Pólux y Castor, pero nunca más humana.

Serás una figura esquelética, retorcida, ligera como el aire; negra y roja como una mariposa. Tendrás alas, antenas y tentáculos. Te nutrirás con las brillantes algas y gelatinosos murciélagos del nuevo mundo y beberás el agua de lagos subterráneos. Lucharás con repugnantes fieras, criaturas viscosas y calamares gigantes que, como tú, viven para cumplir profecías desconocidas. Te refugiarás en inmensas cuevas llenas de vida silenciosa y por el día buscarás a la estrella sin nombre que ahora guarda este planeta y la mirarás con tus ojos que nunca pestañean.

Vivirás en ciclos; cada tantos años te oxidarás y mudarás de piel y carne, destrozada y recompuesta una vez más. Construirás herramientas y barcos como hicieron las civilizaciones olvidadas que habitaron este lugar. Al descansar. te entrelazarás con las algas verdes que trepan en las rocas y en las paredes de tu refugio. No tendrás voz ni memoria.

Dentro de millones de años tomarás una nave y viajarás hacia los mares silenciosos e infinitos del lugar al que los humanos llamaban Ningún Lugar, donde habitan las almas de los astronautas perdidos y de todos aquellos que ya no pueden volver a su planeta, observados y arropados por Castor y Pólux, desde siempre y para siempre, en perfecta oscuridad.

Allí te esperamos, hermana pequeña, pero aún falta.