Plenitud es algo que nunca tendré, al igual que creer en Dios o ver más de tres colores. Simplemente no se halla entre mis capacidades, lo sé; conozco mis limitaciones. Abrázame, resignación, ya no quiero nada más. Llévate mis sueños, mis deseos, me da igual. No brotará nada en este páramo que habito. Volveré a caer y a levantarme sin saber qué hacer después. Algún día dejaré de resistirme y eso es todo a lo que aspiro. Mi alma es un desierto, no pasa nada. Siempre lo ha sido.